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Nuestro Viejo San Juan, última parte


En ese cruce entre la calle del Cristo y la calle Fortaleza, a la izquierda se encuentra El Palacio de Santa Catalina o La Fortaleza. Este edificio fue construido en el 1540 como parte de las murallas y edificaciones para la protección de la Isleta de San Juan. Desde 1846, la residencia oficial de los gobernadores electos de la Isla y algunas áreas están abiertas al público. Si deseas visitarla, puedes reservar un espacio en sus recorridos semanales. Recuerde comunicarse con ellos para hacer las reservas.


En un rincón, al final de la calle Fortaleza y justo al lado de los portones principales está el Convento y Casa de Salud de las Siervas de María. Según la historia, las Siervas de María llegaron a San Juan en 1887 desde España para hacerse cargo del Hospital. Los balcones del convento tienen una privilegiada vista a la bahía del Viejo San Juan. Desde ellos puedes observar los más bellos atardeceres que te ofrece la ciudad. Ver a su gente caminar por los paseos y, lo mejor de todo, poder apreciar todo el amor que ponen las Siervas de María en los cuidados de los que allí permanecen.



En la época de Navidad, visitar el convento debe estar en la lista de todos. Las Siervas construyen una ciudad/nacimiento con miles y miles de detalles. Tan hermoso y elaborado que una visita no será suficiente.


Para terminar el encantador recorrido del Viejo San Juan, te recomiendo que recorras la calle San Francisco. Así, tomas un descanso y a su vez disfrutas de un café acompañado de una mallorca en alguno de sus icónicos restaurantes. A lo largo de la calle San Francisco puedes encontrar iglesias, plazas, hoteles, diversidad de tiendas, museos y más. Al final de la calle, encontrarás nuevamente la Plaza Colón.



Este es uno de los cientos de recorridos que puedes realizar en el Viejo San Juan. Lo más importante de todo es que vayas a tu paso y disfrutes a plenitud la historia que sus calles te ofrecen. Que te detengas a ver la arquitectura, el arte, los adoquines, a su gente. Que te sientas en libertad de sentir la brisa fresca en tu rostro.



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