Venice Beach es uno de esos lugares que necesitan ser explorados y vividos. Tiene una magia especial que se necesita sentir y experimentar… Un no sé qué que te tienta y te atrapa.
Ese domingo, después de salir del Santa Monica Pier, caminé por todo el boulevard que une Santa Monica con Venice.
Venice Beach es el vecindario bohemio, lleno de buenas vibras, música, arte, ritmo, candencia y mucha cosa buena.
Desarrollado en el 1905 por el arquitecto Abbot Kinney como un gran resort costero, es hoy un destino predilecto tanto para locales como para turistas. Sus muchas tiendas y restaurantes, así como todos los lugares “it” que tiene, hacen de este el lugar perfecto para un día inolvidable.
La distancia entre Santa Monica Pier y Venice es de aproximadamente dos millas. Puedes recorrerla caminando, en bicicleta o hasta en patines. Aunque para muchos puede ser una distancia considerable, hay tantos lugares para sentarse y observar el paisaje que no te vas a cansar. A veces se sentía como estar en una película o en una pintura. Este recorrido sí vale la pena.
Ya en Venice, comienzas a sentir el ambiente liviano y relajado. Todo el mundo está “en lo suyo”. O sea, ¿cómo lo explico?... Sientes la energía, la tranquilidad… como si el tiempo se hubiera detenido. Como si nada importara más que pasarla bien.
Vas a encontrar numerosas tiendas y restaurantes, puestos callejeros y un sinnúmero de artistas, mimos, cantantes, malabaristas y más. Entre los puestos callejeros encontrarás, entre otros, puestos de incienso y sage, joyería, arte, henna, frutas y ropa.
Una de las mejores sensaciones de Venice es que nadie juzga. Todos andan viviendo el momento y pasándola bien. Esto, sin duda, te permite sentirse cómodo contigo mismo y caminar en traje de baños con tus libritas de más sin problema. Lo comparto porque lo he vivido toda la vida. Hay playas en las que no podría pasearme en traje de baño… y sabemos el por qué. Pero allí, en aquel rincón mágico de California sientes la libertad de ir por ahí siendo tú sin problemas. Libre.
Por supuesto, el viaje a Venice no está completo si no pasas por el famosísimo gym Muscle Beach. Punto predilecto de los fanáticos del bodybuilding, incluyendo a Arnold Schwarzenegger.
Si los roller blades o las patinetas es lo tuyo, no puedes perderte ir al Roller Skate Dance Plaza o al icónico Venice Beach Skate Park. Pero si no practicas los deportes, igual puedes darte de la Vuelta y disfrutar de la habilidad de los que sí lo practican. Viéndolos dar volteretas es tan emocionante como practicarlo.
Otro punto que es no solo un favorito, sino que es perfecto para esa foto en el spot ideal es el Venice Beach Pride Flag Lifeguard Tower. Esta torre de observación de los salvavidas esta pintada con los colores del arcoíris. Los colores vibrantes y llamativos crean un contraste espectacular con el cielo azul intense californiano. No dejes de ir.
Date la vuelta por Venice Public Art Walls y seguramente te encontraras con alguien creando arte… O añadiendo arte al paisaje.
Por supuesto, el Venice Beach Drum Circle es el lugar perfecto para esperar el atardecer al ritmo de la música de los tambores. Si no eres muy tímido, hasta te puedes ir a bailar con los demás que así lo hacen. Poder ver la interacción de amigos y desconocidos a través de la música y el ritmo es una experiencia sublime. Todos juntos bailando al ritmo que marcaban los tambores en el medio de la playa definitivamente te transporta a un lugar lejos de allí. Te quedas queriendo más.
Terminé mi paseo esperando el atardecer, viendo a la gente pasar, caminar, bailar, vivir. Definitivamente, un cantito de mi ser se quedó allí. Con toda esa buena energía que te recarga y te hace sentir un poquito mejor.
Otros lugares que no debes perderte:
· Muscle Beach Tours o su pase diario
· Tomar una clase de Surf o alquilar una tabla
· Venice Canals
· Foto junto al letrero VENICE
· Visita el Mosaic Tile House
· Visita el Abbot Kinney boulevard para cenar o comprar
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